«Es una experiencia que te abre la mirada y el corazón a otras realidades que por nuestro entorno laboral y personal no conoceríamos»

Publicado el viernes, 10 Ene 2025

Raimon Carbonell estuvo el verano pasado participando en una experiencia de voluntariado internacional en el Hogar Don Bosco de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, y en esta entrevista nos comparte sus vivencias.

¿Qué te llevó a realizar una experiencia de voluntariado internacional?

Conocer otras realidades sociales y culturales en otro país, colaborando conjuntamente con el equipo de educadores y personas locales vinculadas a proyectos salesianos, en beneficio de los chicos con realidades difíciles.

También el interés por dialogar con el equipo educador, hermanos salesianos, que nos enriquecen con sus vivencias, compartiendo esta experiencia con otras personas voluntarias, realizando esta experiencia de voluntariado desde los valores i el carisma salesiano.

¿Es lo que te habías imaginado?

Cada voluntariado es único y tiene sus matices. Ya he hecho otros voluntariados internacionales con Bosco Global, pero en cada país, su contexto y las personas son diferentes.

Una diferencia respecto a los voluntariados anteriores fue poder vivir este tiempo con voluntarios de otros países. Esta situación me permitió ratos distendidos de charla sobre cómo entiende cada uno el voluntariado.

¿Cómo era tu día a día? 

El grupo de voluntarios estábamos organizados en diferentes casas salesianas y en diferentes franjas horarias. En mi caso, estaba en el Hogar Don Bosco de Santa Cruz de la Sierra.

Empezaba a las 7 de la mañana despertando a los chicos. Desayunaba con ellos, luego hacía con ellos el “oficio” que eran tareas de organización y limpieza de zonas comunes, patio, pasillos, cancha de pasto …

A las 10h los diferentes voluntarios nos dividíamos en grupos para ayudar en los deberes escolares. Yo estaba con el grupo de San Francisco con Luis, otro voluntario y las dos educadoras locales del proyecto.

A las 12 h teníamos un rato de deporte con juegos, como el juego del pañuelo o el juego de quemado y otros juegos con pelota.

A las 12:30 h era el momento de la comida, en que los voluntarios dábamos apoyo repartiéndola y comiendo con los chicos.

Después se preparaban para ir al colegio Salesiano que está al lado del Hogar, ya que mi grupo tenía escuela en el turno de tarde. Por la tarde, después de un breve descanso en la casa de voluntarios, retomaba el apoyo escolar para el grupo de chicos mayores Carlos Acutis.

Cenaba con los chicos y, por la noche, en la casa de voluntarios, compartíamos nuestras actividades durante el día. Teníamos un día libre a semana, que aprovechábamos con los otras personas voluntarias para conocer la ciudad y su entorno.

¿Qué has aprendido? 

Más que aprender se trata de compartir la experiencia. El mundo es mucho más amplio que el contexto próximo que te rodea. Y las realidades que nos parecen muy lejanas quizás no lo son tanto, y en algunos aspectos, las realidades de allá están interconectas con las de aquí.

También entender que en algunas ocasiones más que hacer, es estar al lado de los chicos en su día a día. Con una actitud de acogida y compresión. Conociendo un poco la realidad de los chicos que estaban acogidos en el hogar.

Al convivir con personas voluntarias de diferentes países y algunos con experiencias de larga duración era muy enriquecedor charlar de cómo están viviendo cada uno su proyecto de voluntario/a­­.           

¿El momento más divertido?  

Al hacer el voluntariado en el mes de agosto coincide con la preparación y celebración de la fiesta del nacimiento de Don Bosco, el día 16 de agosto. Para esta fiesta, el Hogar Don Bosco de Santa Cruz invita y acoge a diferentes Hogares de chicos y chicas de casas de acogida próximas.

Se hace una misa especial, con ofrendas, canciones, una gincana, juegos con agua, festival de danzas típicas realizadas por cada uno de los grupos de los hogares de la ciudad, cañón de espuma y una comida especial con todos los acogidos. Participan más de 1.200 niños y niñas. 

¿Qué te ha sorprendido más?  

Las difíciles condiciones del contexto social, laboral, económico y sanitario de Bolivia y como desde los diferentes proyectos salesianos, desde sus diferentes ámbitos, ayudan a las personas a cambiar y mejorar esta realidad, con la formación y acompañamiento a los chicos acogidos.

¿Recomendarías esta experiencia?  

Sí, porque permite abrir la mirada y el corazón a otras realidades que por nuestro entorno laboral y personal no conoceríamos. La encuentro muy positiva.

¿Por qué?

Es un voluntariado no solo para hacer dinámicas, ayudar con los deberes a los chicos, sino también para estar acompañado por los chicos, educadores y personas vinculadas al proyecto salesiano.

Otro punto importante son los momentos de charla sobre las vidas e ilusiones con los chicos y las personas vinculadas al proyecto, son muy interesantes porque nos permiten conocer mejor el contexto personal y social. El interés por conocer nuestras realidades también es mutuo.

También es muy enriquecedor al regresar de la experiencia reunirse y poder compartir y escuchar el testimonio de las otras personas voluntarias de Bosco Global.

Agradezco, y creo que es muy necesario el acompañamiento y la formación realizada por la ONGD antes, durante y después de la experiencia.

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