Desde Bosco Global celebramos dos décadas de apoyo al Centro Juvenil Don Bosco, un hogar de oportunidades para la infancia más vulnerable de Addis Abeba.
En el corazón de Mekanissa, un barrio en la periferia de Addis Abeba, en Etiopía, late con fuerza el Centro Juvenil Don Bosco, un espacio que, desde hace más de veinte años, es sinónimo de hogar, educación y esperanza para cientos de niños, niñas y jóvenes en situación de vulnerabilidad.
Lo que nació como una pequeña iniciativa para alimentar y acoger a una decena de menores desplazados por la guerra entre Etiopía y Eritrea, hoy se ha convertido en un faro de futuro para 358 niños y adolescentes que cada día encuentran en este centro una oportunidad para crecer y soñar.
Este Valdocco de la periferia africana es mucho más que un centro de atención diurna. Sus cinco aulas de educación infantil permiten a las madres trabajadoras dejar a sus hijos/as en un entorno seguro y estimulante. Su servicio de comedor garantiza que los niños y niñas reciban la alimentación necesaria para afrontar el día. Además, el centro facilita el acceso a la educación, cubriendo cuotas escolares y materiales, y ofrece apoyo sanitario y ayudas de emergencia a las familias que más lo necesitan.
Desde Bosco Global llevamos casi dos décadas respaldando esta labor salesiana, un compromiso que se ha fortalecido gracias a iniciativas solidarias como la campaña ‘Luces por Etiopía’, impulsada por la delegación altoaragonesa de Entarachen-Bosco Global, con la inspiración de Teresa López Aznárez, quien colaboró como voluntaria en Mekanissa durante más de una década y ahora sigue comprometida con el apoyo a la región desde la ONGD en Huesca.
En 2024, la labor del centro ha recibido una aportación de la Comarca de la Hoya de Huesca/Plana de Uesca, consolidando una solidaridad constante, sostenible y transformadora.
El Centro Juvenil Don Bosco de Mekanissa es aula, recreo, refugio y familia. Un lugar donde los derechos básicos se convierten en realidad y donde cada proyecto es una oportunidad para cambiar vidas. Porque aquí, cada niño y niña que cruza sus puertas encuentra no solo ayuda, sino la certeza de que su futuro importa.
