Pedimos que las dosis disponibles se destinen a los colectivos más vulnerables de todos los países para reducir globalmente y lo antes posible la letalidad del virus.
La carrera de los países más ricos por acaparar las limitadas dosis de las vacunas anticovid-19 para inmunizar a su población está destapando situaciones moralmente deplorables que no promueven la solidaridad global como estrategia para proteger a la población mundial en su conjunto.
El Papa Francisco ya anticipaba este escenario en una fecha tan señalada como el día de Navidad, afirmando que “las leyes del mercado y las patentes no se pueden anteponer a las leyes del amor y de la salud de la humanidad”. Y reclamaba vacunas para todos frente al “individualismo radical”.
En esta línea también se posicionaba recientemente el director general de la OMS, el etíope Tedros Adhanom. «Ningún país debería saltarse la cola para vacunar a su población mientras otros países no pueden hacerlo. La ciencia ya ha cumplido y ahora tenemos que asegurarnos de que todas las personas tienen un acceso equitativo a la vacuna», apostillaba Tedros.
Desde Bosco Global compartimos este posicionamiento del Papa y nos sumamos a los millones de personas que piden solidaridad global en estos momentos de pandemia, reclamando que las dosis disponibles se destinen en todos los países a los colectivos en situación de mayor vulnerabilidad, porque también son los más vulnerables al virus, y entendemos que es la única forma de salir de esta situación conjuntamente.
Cada vez más voces del mundo científico señalan que de nada servirá vacunar a toda la población “occidental” si no hay una estrategia global, porque el virus seguirá mutando y muchas vacunas perderán su efecto ante nuevas variantes de la enfermedad.
Está claro que la “Solidaridad Global es el mejor remedio frente a la desigualdad” y te animamos a seguir promoviendo el espíritu de cooperación #Beabejamyfriend