Deuda por esperanza

Publicado el jueves, 10 Jul 2025

Este ha sido uno de los llamamientos más claros que se han escuchado en la reciente IV Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo (FfD4), que tuvo lugar en Sevilla y el Foro de la Sociedad Civil previo.

Artículo de Joaquín Rodríguez, director de Bosco Global, y participante en este encuentro mundial.

“Deuda por esperanza”, este ha sido uno de los llamamientos destacados de todas las organizaciones de iglesia y de la sociedad civil que nos hemos dado cita en estos días para poner voz al clamor de tantos pueblos que tienen vulnerados sus derechos que les impiden tener una vida digna.

En estas jornadas hemos podido vivir dos grandes experiencias. Por un lado, todo el ámbito formal de la propia Cumbre (FfD4), con los discursos institucionales, los pseudo compromisos, los equilibrios de los países ricos para que poco cambie el estatus frente a los países pobres dando voces en el desierto que reciben muy poco eco institucional. Todo ello, en un marco de la ONU, con mucha voluntad y escaso margen de actuación por el poder del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el G20.

“3.300 millones de personas viven en países en los que se debe invertir más en pagar la deuda que en su propia protección social”. De hecho, el 94 % de las naciones con préstamos del Banco Mundial y el FMI han reducido las inversiones en educación pública y salud desde 2022”. Mª Luz Ortega, profesora de Organizaciones Económicas Internacionales en la Universidad Loyola de Sevilla.

La experiencia más potente, sin duda, ha sido la vivida en el Foro de la Sociedad Civil y en los eventos paralelos externos a la Cumbre. Han sido espacios de escucha atenta y de diálogo constructivo con las organizaciones que están sufriendo las injusticias en los países empobrecidos por la falta de una arquitectura financiera que ponga en el centro la vida de las personas y el cuidado de la casa común.

Según Eduardo Agosta, director del Departamento de Ecología Integral de la Conferencia Episcopal “la prosperidad del Norte se ha construido, en gran medida, sobre la explotación intensiva de los recursos naturales (minerales, bosques, combustibles fósiles) de los países del Sur. Este modelo extractivista ha generado enormes beneficios económicos para unos pocos, mientras dejaba a las comunidades locales con la degradación ambiental, la contaminación y la pérdida de sus medios de vida”.

Una “profunda injusticia” que “se agudiza porque las consecuencias de la crisis climática, tales como sequías, inundaciones o pérdida de biodiversidad, impactan de forma desproporcionada y brutal precisamente en las poblaciones más vulnerables del Sur, aquellas que menos han contribuido a generarla”.

Al menos 6 motivos para la esperanza:

  • Mejora de la arquitectura financiera: con el documento final de la Cumbre “Compromiso de Sevilla” tenemos una ruta que, si bien es insuficiente, al menos establece algunos mecanismos y criterios para mejorar la situación actual. Especialmente en lo referente a la Deuda que es el gran lastre que genera mayor inequidad e injusticia. También, para incrementar el volumen de la cooperación internacional al desarrollo, se reconoce la urgencia de destinar el 0,7%a la ayuda oficial al desarrollo . Y la revisión de los sistemas fiscales: transparencia y rendición de cuentas, eliminación de paraísos fiscales, impedir flujos financieros ilícitos, fiscalidad para el desarrollo sostenible, entre otras.
  • Unidad de la iglesia: el año jubilar ha reforzado el trabajo conjunto y el mensaje unitario que hemos llevado a estos espacios. Bosco Global, junto a Misiones salesianas, Proclade Bética, Spínola Solidaria, Acción Verapaz, Karit solidario y otras organizaciones de REDES que pertenecemos a la plataforma Enlázate por la Justicia, que integra a Cáritas, Cedis, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y REDES, nos hemos alineado para urgir en la adopción de medidas de justicia económica global, inspirados por la Doctrina Social de la Iglesia, que se plasmó en el documento previo a la cumbre ¿Deuda o desarrollo?
  • El multilateralismo: el espacio que encarna la ONU sigue siendo un signo de esperanza en el momento actual de polarización, extremismos y guerras. Necesitamos espacios de diálogo entre los pueblos que permitan relaciones democráticas, acuerdos transparentes y decisiones equitativas para las partes. 
  • Situar otros mensajes en la agenda global: cuando solo se habla de invertir fondos para el rearme, expulsar a personas migrantes, imponer aranceles, etc., en estos días hemos podido poner sobre la mesa otras prioridades en la agenda global como la cooperación internacional, la condonación de la deuda, la inversión en educación y sanidad, el cuidado de la casa común. 
  • El trabajo en red de la sociedad civil: hay una sociedad civil organizada que está clamando justicia en todos los rincones del planeta, y hemos tenido la oportunidad de acoger sus demandas y empezar a hacernos eco con más fuerza que hasta el momento. Hay un potencial muy grande y las organizaciones del Norte tenemos que saber transmitir, dar voz y cooperar conjuntamente.
  • Protagonismo juvenil: si bien nos parece que ha sido escasa su presencia, han sido iluminadoras sus aportaciones, como la preocupación por el acceso a una educación de calidad, la protección del medio ambiente desde un punto de vista de justicia climática, la posibilidad de participar activamente en espacios democráticos, etc. Son el presente con una mirada esperanzada al futuro próximo.

El Jubileo de 2025 nos interpela a revisar de forma crítica las lógicas que rigen la deuda internacional, para impedir que continúe siendo una carga que asfixia a los pueblos más empobrecidos. Esta celebración nos invita a imaginar e impulsar sistemas económicos que prioricen la vida, la justicia y el respeto de los derechos humanos por encima de los intereses financieros.

Desde Bosco Global, y junto a tantas otras entidades de Iglesia y de la sociedad civil, volvemos de este encuentro mundial con el compromiso renovado de seguir denunciando las estructuras injustas y anunciando caminos de transformación. El Jubileo de 2025 es una oportunidad profética para exigir la cancelación de deudas ilegítimas, la construcción de una arquitectura financiera justa y la recuperación del sentido original de la economía: poner la vida en el centro.

Porque no se trata solo de deuda. Se trata de dignidad. Se trata de esperanza. Más info en REDES, Enlázate por la Justicia, Vida Nueva.

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