Isabel Pérez Camacho, voluntaria responsable de la sede de Cádiz, nos habla de su compromiso en el verano de 2016 en Ebolowá, Camerún.
¿Por qué decidiste a hacer una experiencia de voluntariado internacional? ¿Por qué te decidiste este año?
Desde pequeña cuando veía los documentales los domingos por la mañana sobre África y América Latina me quedaba muy atenta, a ver qué pasaba. Creo que la inquietud por los países empobrecidos siempre ha estado en mí. Tenía mucha curiosidad de conocer lo que pasaba en la África Central, como vivía la gente, cuál era su cultura, sus valores, su forma de vida, y sus problemas. Para después hablarles a mis alumnos y alumnas y que conozcieran el impacto que tienen nuestros actos desde nuestro país de occidente en los países empobrecidos.
Todo llega a su tiempo, anteriormente había visitado y conocido proyectos de cooperación internacional en otros países, pero de esta manera tan intensa no había sido posible. Este año se han cuadrado todas las variables para hacer posible este sueño tan esperado.
¿Con qué expectativas ibas? ¿Qué esperabas encontrar?
Pues la verdad expectativas no tenía, me quería dejar sorprender. Sí es verdad que cuando me comunicaron el país al que iba sería Camerún y empecé a leer sobre el país, me vinieron algunos miedos por la situación del terrorismo en el Norte y los secuestros a las niñas. Un país peligroso, con un nivel muy alto de enfermedades y con muy poca atención sanitaria. La verdad da bastante respeto, pero aún así la inquietud era mucho más fuerte que todos esos miedos, y allí que fui.
Cuentanos un poco acerca del trabajo que estuviste realizando en Ebolowa, Camerún. ¿Cómo era tu día a día?
Me levantaba a las 6 de la mañana para rezar laudes con la comunidad de Salesianos que me acogía, despúes de desayunar trabajábamos en la misión, ya fuera el programa de Vacaciones deportivas de la prisión, en la Escuela de Verano, en los programas de español de la Radio Comunitaria o en la formación de animadores. También he podido hacer un diagnóstico de necesidades de los talleres educativos para posibles proyectos. En general, estar disponible y prestar el servicio a lo que hiciera falta.
En la prisión atendía las necesidades de los presos, hablábamos con ellos con la excusa del programa de juegos deportivos(como fútbol, voleybol, carrera de sacos) y además distribuía medicamentos según sus enfermedades. Despúes de muchas conversaciones conseguimos organizarnos con el equipo médico para dar respuesta a las necesidades de los presos ya que los medicamentos escasean o valen muy caros; y ellos viven en condiciones muy insalubres y hacinados en las celdas. Es impresionante como personas que viven en dichas condiciones tienen capacidad de servicio, son capaces de sonreír y tienen lo más importante, la esperanza.
En la Escuela de Verano del Colegio salesiano de Ebolowa impartía clases de Español a un grupo de estudiantes simpatiquisímos de 10 a 15 años. En dicha Escuela de verano se ofrecen actividades formativas para repasar distintas asignaturas. Me llamaba mucho la atención que cada vez que se dirigían al profesorado se ponían de pie y hablaban con muchísimo respeto. ¡Allí todavía se respeta mucho al profesorado¡
En la Radio comunitaria tienen un programa educativo español-francés en el que participé preparando y haciendo la locución del Programa. ¡Fue muy divertido¡ Hay un grupo de jóvenes que se organizaban y emitían un programa elaborado por ellos donde podían dar su opinión y participar.
Antes de empezar los juegos de verano me pidieron que participara en la formación de animadores para impartir un Curso de Socorrismo y primeros auxilios con unos 20 animadores y hablando todo en francés.
¿Qué es lo más te ha “tocado” de la experiencia? Cuéntanos algún momento significativo de tu estancia en Camerún.
Momentos significativos hay muchos , pero comparto la historia de Ismael, un muchacho de 17 años. Nos conocimos en la prisión, tenía un cubo de plástico transparente donde llevaba galletas caseras que hacía él y vendía a otros presos. Un día me pidió que le hiciera una foto y a partir de ahí nos hicimos amigos. Su país es República Centroafricana;escapando de la guerra de este país, vio morir a su hermano y a su hermana, continuó corriendo para salvar su vida y cuando entró en la frontera de Camerún fue apresado por los militares del país. Como no llevaba pasaporte lo metieron en prisión. Allí llevaba un año en condiciones insalubres. Los Salesianos y algunos animadores, estaban trabajando para sacarlo de allí. Un día, de camino de vuelta de la prisión, hablando del caso de este chico con un aspirante a salesiano me dijo que “simplemente hacemos lo que hacía Don Bosco”. Me acordé de tantas imagénes de Don Bosco en la cárcel con los jóvenes.
Durante mi estancia, consiguieron que el alcaide de la prisión lo dejara salir si estaba bajo la tutela de los salesianos. Recuerdo la tarde, cuando entramos en la Casa Don Bosco de Ebolowa vi a Ismael, estaba sonriente, nervioso, nos dimos un fuerte abrazo. Fue impresionante el reencuentro, en sus ojos llenos de ilusión se podía leer la palabra LIBERTAD.
Si tuvieras que ponerle un titular a la experiencia. ¿Cómo se llamaría? ¿Por qué?
Cambia el foco, para cambiar el mundo. Porque no se puede provocar un cambio del mundo, “echando balones fuera” sin implicarse en la realidad y en las necesidades del entorno, en definitiva, si cambiamos cada uno nuestro consumo, nuestra forma de implicación y nuestra vida cambiaremos un poquito nuestro mundo.
Tras haber vuelto a España, y a tu vida cotidiana, ya con tiempo de haber reflexionado, ¿qué crees que te ha aportado la experiencia? ¿Qué aprendizaje te llevas?
Acogida ,Generosidad, Alegría , Entrega, Gratuidad. La Acogida de los salesianos, grupo de animadores y animadoras y voluntariado de la casa ha sido estupenda, donde me han ayudado a adaptarme, han tenido paciencia conmigo en cuanto al idioma y estaban atentos a lo que necesitaba.
La alegría de la comunidad en cada momento ha sido impresionante, cuando menos te lo esperas están cantando, y viven totalmente en la gratuidad. La generosidad de las personas a las que he conocido que sin concocerme, me han invitado a su casa, me han invitado a comer e incluso me han dado regalos y cuando eso viene de personas que tienen menos recursos y que dan gratuitamente lo que tienen sin pedir nada a cambio, la verdad, es muy emocionante.
He aprendido también a conocer más lo que hay en mi interior, en mi “yo” profundo cómo reacciona ante la realidad que ves cada día de pobreza extrema y de vidas tan complejas.
El corazón del ser humano es increíble puede hacer la mayor de las atrocidades o el proyecto de amor más inmenso.
Para mi la experiencia también ha sido de fe, de “saltar al vacío” luchando con algunos obstáculos y siempre se me venía al pensamiento CONFIA , ante la incertidumbre, ante la inseguridad, ante el miedo a la enfermedad, ante el peligro “confía, Dios te ayuda y está contigo”, con esto podía vivir el instante con más intensidad. No hay mayor seguro de vida que Dios.
El hecho de rezar todos los días por las mañana a las 6:30 me ayudaba a empezar el día teniendo el corazón agradecido.
¿Qué actitudes, valores… hacen falta para vivir una experiencia de voluntariado internacional? ¿Animarías a otras personas a vivir una experiencia de voluntariado internacional?
Creo que hay que tener muchas ganas de descubrir y dejarse sorprender por la vida. Es fundamental la actitud de escucha, empatía, entusiasmo y capacidad de adaptación a otra realidad tan diferente. Es necesario tener ganas de compartir vida y dejarte llevar. Es una experiencia que te cambia el ser y la forma de ver las cosas. Es un proceso de autoconocimiento y de conocer el mundo. Es increíble , no lo dudes, lánzate ¡¡ no te arrepentirás¡¡¡
¿Ha cambiado tu forma de ver el trabajo que hacemos las ONGD?
Ya conocía el trabajo de la ONGD, ahora hasta lo valoro más , porque son muchas variables las que están “en juego” cuando se realiza un proyecto, es necesario conocer bien el país, las necesidades de sus protagonistas, su política , el pensamiento de la ciudadanía, los obstáculos.. …Animo al personal a seguir luchando, porque merece la Alegría.
¿Qué cosas podemos seguir haciendo las ONGD desde España para seguir colaborando?
Muchas cosas, no se debe perder la esperanza aunque se esté cansado, hay muchas personas detrás del trabajo que hacen las organizaciones.
Es fundamental seguir fomentando el pensamiento crítico entre los jóvenes, con la Educación para el desarrollo, para poder cambiar el entorno.
La cooperación al desarrollo es necesaria para apoyar a los proyectos que surgen según sus necesidades. Y por supuesto el Voluntariado para transformar a personas que transformen el mundo y descubran la importancia de SER VOLUNTARI@.