Más de una treintena de niños y niñas de El Hossun se han beneficiado de un proyecto de clases de refuerzo escolar después de verse obligados a desplazarse con sus familias por culpa de la guerra.
El eco de la guerra aún resuena en Líbano, pero en El Hossun, al norte del país, un grupo de 34 niños y niñas de entre 6 y 13 años ha descubierto un espacio seguro para aprender y soñar. El proyecto de clases de refuerzo escolar, impulsado por los Salesianos, que ha ofrecido apoyo académico, psicosocial y humano a menores y a sus familias desplazadas por la guerra, concluyó a inicios de verano tras 19 meses de intensa labor educativa, dejando un legado que va más allá de los libros de texto.
Este proyecto, apoyado por la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora, a través de Bosco Global, se enmarcó en una respuesta más amplia de los Salesianos a la emergencia, que incluyó la acogida de 100 desplazados internos y la extensión de servicios esenciales a 275 familias.
Los resultados hablan con nombres y rostros: Jovy, que consiguió subir sus notas; Francis, que por fin logró dejar atrás sus problemas de memoria; o Caren, que siguió adelante con una fuerza admirable pese a atravesar una difícil situación familiar. En total, cuatro estudiantes con necesidades especiales recibieron una atención personalizada gracias a una maestra de educación especial y un trabajador social que, con paciencia y compromiso, hicieron de la escuela un lugar donde cada niño y niña se siente acompañado, respetado e incluido.
El proyecto no solo transformó la vida de los pequeños, también brindó una oportunidad vital a siete jóvenes profesores y universitarios que encontraron en las aulas un espacio de crecimiento profesional, ingresos estables y formación en métodos pedagógicos innovadores. Para las familias, el apoyo logístico —internet, meriendas, transporte gratuito y actividades comunitarias— supuso un alivio en medio de la precariedad.
Las salas del centro salesiano se convirtieron en aulas llenas de vida: equipadas con pupitres, pizarras, juegos de mesa y un ambiente que fomentó el cuidado mutuo. Lo que comenzó como una respuesta de emergencia floreció en un “hogar vibrante”, donde educación y esperanza se dieron la mano.
El contexto del proyecto
Líbano sufrió entre septiembre y noviembre de 2024 una de las peores escaladas de violencia desde 2006: cerca de 4.000 personas murieron, más de 1,2 millones se desplazaron y el país perdió 2.800 millones de dólares en infraestructura, mientras el desempleo alcanzaba el 50%.
En este escenario, los Salesianos (SDB), con el apoyo de la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora y su ONGD Bosco Global —que aportaron 25.513,33 €—, lanzaron el proyecto en ElFidar/El Hossun para sostener la educación de la infancia en situación más vulnerable.
Hoy, al finalizar, la comunidad celebra no solo los progresos académicos, sino la certeza de que incluso en tiempos de guerra, es posible construir esperanza para la infancia y la juventud del Líbano.