¿Y si Valencia se convirtiera en desierto? El cambio climático ya no es futuro: es presente

Publicado el martes, 05 Ago 2025

Con este artículo, desde Bosco Global queremos reflexionar a partir de una noticia publicada en el diario Levante-EMV, sobre la importancia de trabajar por el cuidado del medioambiente des de lo local hasta lo global.

La publicación hace algunos días en el diario Levante-EMV alerta de una transformación preocupante: la Comunitat Valenciana podría dejar de tener un clima mediterráneo en apenas 25 años, convirtiéndose en una región semiárida o incluso desértica. Investigadores de la Universitat Politècnica de Catalunya advierten de un cambio climático acelerado que supondrá menos lluvias, más olas de calor, noches tropicales y una presión sin precedentes sobre el territorio, los ecosistemas y la población.

Estos datos son señales de alarma para repensar cómo vivimos, consumimos y nos organizamos como sociedad. Especialmente en barrios como Orriols, donde desde Bosco Global trabajamos para fortalecer la conciencia ecosocial y la participación comunitaria frente a estos retos.

Nuestro proyecto “Impulsando Ecosocial”, que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Valencia, nace precisamente con la voluntad de responder a esta crisis desde lo local, con una mirada global. En colaboración con entidades vecinales como Orriols Convive, Infàncies i Dones del Món, Asociación Entre Iguales o València Acull, y centros educativos del barrio, impulsamos procesos de formación agroecológica, creación y gestión de huertos urbanos, y acciones de sensibilización con infancia y juventud.

Frente a un escenario de desertificación y pérdida de biodiversidad, creemos que es clave promover una ciudadanía activa, crítica y conectada con el territorio. Por eso formamos a personas adultas del barrio en prácticas de agricultura urbana sostenible y fortalecemos el tejido comunitario a través de experiencias de aprendizaje colectivo y educación entre iguales. A la vez, con metodologías lúdicas como el aprendizaje basado en juegos, trabajamos con niñas, niños y adolescentes para reflexionar sobre el cambio climático, el consumo responsable y la interdependencia entre lo local y lo global.

El informe científico señala que parte de la Comunitat Valenciana tendrá para 2050 un clima similar al que hoy se da en zonas desérticas del norte de África. Si esto ocurre, ¿qué pasará con los barrios más vulnerables? ¿Quién tomará las decisiones sobre el uso del suelo, el acceso al agua o los espacios verdes?

Desde nuestro proyecto proponemos que la respuesta esté en la acción comunitaria, la recuperación de saberes, el cuidado del entorno, y la corresponsabilidad en la gestión de los bienes comunes. El cambio climático no es solo una cuestión ambiental: es un desafío de justicia social, de equidad territorial y de derechos humanos.

Aún estamos a tiempo de cambiar el rumbo. Pero no lo haremos solo con tecnología o políticas verticales. Necesitamos comunidades organizadas, espacios formativos accesibles y proyectos  que conecten el barrio con los grandes retos globales. Porque defender el clima es también defender la vida en común, aquí y ahora.

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