Bosco Global finaliza en Bolivia dos proyectos de desarrollo rural y empoderamiento económico que permite a las mujeres indígenas romper con los roles de género establecidos y ser más autónomas.
Begoña Simal, responsable de los proyectos de desarrollo rural y empoderamiento económico de Bosco Global en la región de Ayata, en Bolivia, explica que «es un orgullo ver cómo a través de proyectos de formación y producción agroecológica con nuestro socio local, la Fundación Machaqa Amawta, además del aprendizaje en nuevas técnicas de cultivo sostenibles y de gestión económica, paralelamente se ha realizado un trabajo en la comunidad para ir disminuyendo las actitudes machistas»
Los proyectos, que ya se encuentran en su fase final, han sido una realidad gracias al apoyo del Ayuntamiento de Antequera y la Diputación de Sevilla.
Desde la Fundación Machaqa afirman que «es importante la deconstrucción del modelo o sistema patriarcal que todavía impera en la sociedad boliviana, y, con mayor fuerza, en las comunidades campesinas. Se trabajó con todas las mujeres para su empoderamiento personal y colectivo. Una de las claves de sostenibilidad de este proceso es que los conocimientos, fortalezas y capacidades adquiridas a nivel individual y productivo económico de las participantes, puedan influir en los procesos de incidencia en el desarrollo de políticas públicas con la participación activa de las mujeres en todos los estamentos de la comunidad y municipio.
El trabajo de agricultura es fundamental para el desarrollo económico de las familias ayateñas: por ello, el proyecto en su primera fase se centró en trabajar con veinte mujeres de tres comunidades, Vitocota, Caquiña y Ayata, a las que se fortalecieron sus capacidades productivas innovando e incorporando conocimientos y prácticas para diversificar la producción a través de métodos agroecológicos.
Las mujeres beneficiadas cuentan con al menos diez diferentes tipos de cultivos disponibles entre hortalizas y algunos tubérculos que contribuye a la seguridad alimentaria y que esta sea sostenible, aporte a su salud y el de sus familias.
El siguiente paso fue la creación de un espacio de aprendizaje e interacción para apoyar a las mujeres en su empoderamiento económico. Cincuenta y tres mujeres de tres comunidades concluyeron su capacitación técnica en tejido y panadería, y, a partir de ello, con el aporte de un pequeño capital de arranque, se organizaron para empezar emprendimientos comunitarios, vendiendo sus productos a nivel local y también con la apertura de un mercado en la ciudad de El Alto y en algunas ferias de la ciudad de La Paz.
Los proyectos culminaron con un encuentro de mujeres, espacio que les permitió construir una agenda política que fue presentada a sus autoridades municipales a través de su organización matriz denominada “Bartolina Sisa”. Inicialmente las mujeres, han logrado conseguir un presupuesto de diez mil bolivianos en el POA municipal para acciones en favor del desarrollo de las mujeres, lo que muestra que las mujeres tienen una gran motivación para la exigencia de sus derechos y lograr la justicia de género en la región».
Conozcamos a fondo la realidad de Ayata y su entorno
El municipio de Ayata está ubicado en el Provincia Muñecas del Departamento de La Paz, a una distancia de seis horas de la ciudad. Es considerado un municipio rural y se vive en condiciones de pobreza extrema según el índice de desarrollo municipal. Las fuentes de ingresos están basadas en la agricultura, principalmente, y la minería en menor grado.
Es en este espacio, donde se ha desarrollado el trabajo de colaboración, la principal protagonista han sido las mujeres ayateñas por su condición de marginación, discriminación social, económica y de género a nivel familiar y comunal por la cultura patriarcal y machista donde se desenvuelven las mujeres. A partir de ello, con la intervención se ha valorado el rol y el aporte de las mujeres a la familia tanto en su rol de cuidados como económico, ante la ausencia de los hombres por las migraciones temporales por trabajo, donde ellas son las principales responsables de sus familias.